La primera práctica de aula comenzó con una recomendación acerca de una de las entradas del propio blog, en la que se habla del nombramiento de Francesco Tonucci como doctor honoris causa por la Universidad de Oviedo. Tras esto, comenzó la sesión en la que íbamos a trabajar mediante juegos.
Antes de empezar, la clase iba a girar en torno a una premisa, en torno a una frase sobre el aprendizaje significativo (que está en el Anexo II: “Orientaciones metodológicas y para la evaluación” - quinta página, primer párrafo -; que se puede encontrar en la fotocopiadora de la facultad):
“En definitiva, el aprendizaje significativo supone un proceso de construcción de significados en el que el niño, con el concurso de sus experiencias y conocimientos previos, y, generalmente, en interacción con las demás personas, atribuye significado a la parcela de la realidad objeto de su interés y a lo que sucede en su entorno.”
Un compañero, Samuel, dio una explicación de lo que entendía con esta frase, con sus propias palabras, a petición del profesor.
Tras ello, comenzaron los juegos. El primero de ellos, consiste en mover una moneda uno o dos movimientos por turnos entre dos personas a través de una recta numérica hasta el 20. El jugador que llegue al número 20 gana. Tras realizar unas pruebas, las compañeras Nerea y Celia pudieron demostrar una primera prueba: “Quien pone la moneda en el número 17 gana”. Tras comprobar que esta pruebaa es verdadera, buscamos la forma en la que llegar al número 17. Los compañeros Daniel y Nerea, pusieron como pruebaa: “Quien pone la moneda en el número 14 gana”, y comprobamos que también era verdadera. Con estas premisas pudimos deducir que el jugador que pusiera la moneda en los números 11, 8, 5, y 2 ganaría; por lo tanto, para ganar tendrías que empezar y poner la moneda en el número 2 (Ya que después de haber puesto la moneda en el número 2 sólo tendrías que llegar al número 5 después del movimiento del adversario – y sucesivamente).
Las consignas fueron cambiando, en vez de llegar a 20, tenías que llegar a 19, y por lo tanto, la solución estaba en salir pero poner la moneda en el número 1. También cambiaron las opciones al quitar monedas, y podíamos quitar hasta tres monedas por turno. Tras probar cómo podíamos ganar, las compañeras Claudia y Andrea pudieron deducir: “Hay que dejar que el otro empiece, ya que luego puedes avanzar de cuatro en cuatro” (avanzar a los números 4, 8, 12, 16 y 20).
Cambiamos de juego, y había que llevar una moneda a través de los 13 círculos hasta el de la esquina superior del otro lado, pudiendo realizar movimientos hacia abajo en diagonal o hacia adelante, pero nunca hacia atrás. Las compañeras Gabriela y Luna encontraron la solución: Los círculos se podían numerar (siendo la fila de arriba 0, 2, 4, 6, 8, 10 y 12; y la fila de abajo 1, 3, 5, 7, 9 y 11), y por lo tanto para ganar tendrías que obligar a tu adversario a avanzar de 3 en 3, dejándole empezar para poder pasar uno mismo por los números 3, 6, 9 y el 12 finalmente. Todos estos juegos se solucionaban mediante ternas o cuaternas, ya que siempre puedes obligar al adversario a avanzar (o quitar las monedas) de 3 en 3 o 4 en 4.
También utilizamos una calculadora para uno de los juegos. Este consistía en llegar al número 56, pudiendo sumar los números del 1 al 9, por turnos. Pudimos deducir que el que empezara con el número 6, ganaría, ya que podría obligar al adversario a avanzar de 10 en 10.
Tras realizar todos estos juegos y comprender cómo funciona el aprendizaje significativo, se mostraron posibilidades acerca de temas para el trabajo grupal (Mostrados en la entrada del blog de la 2ª clase teórica), aunque son preferibles temas propios, importantes para nosotros y que tengan que ver con nuestro entorno más cercano, con Asturias (Recomendable).
Por último, para la realización de cualquier trabajo, o unidad didáctica, es importante encontrar unas fuentes que sean fiables, saber de dónde proviene toda la información que vayamos a utilizar, quién lo ha dicho y el porqué.
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